La siguiente
evolución, cuando la técnica de fabricación lo permite, es que la propia
figura esté hueca y perforada. Las figuras representan seres vivos como
animales o personas. No se han encontrado imágenes que representen
explícitamente a mujeres.
En las representaciones más antiguas son raras las imágenes de diablos,
excepto la de Kircher (1654), cuya intención, tal como explícitó en sus
textos, es una utilización religiosa junto con los ángeles. Ya avanzado
el siglo XVIII y fundamentalmente en el XIX, serán más frecuentes.
Es importante tener presentes los casos en los que la perforación
termina en un tubo hueco que gira alrededor del cuerpo de la imagen,
aunque no represente imágenes de diablos o sátiros. Son los casos de
Wolff (1722), Desaguliers (1744), Robison (1822), Tissandier (1885) y
Henner (1760) (lámina 51).
En Wolf (1768) y Schulz (1824) no es visible el tubo hueco en la
representación, pero queda explícito en el texto.
En estos casos queda explícito que el diablillo, además de su movimiento
descendente o ascendente, cuando realiza este último, girará al expulsar
el agua por el tubo.
LÁMINAS DE LA EXPOSICIÓN CON ESTE TIPO DE
DIABLO CARTESIANO
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