Tanto Magiotti como
Kircher proponen como espectáculo ocultar la manera de ejercer presión
en el agua, mediante un tubo que quede oculto detrás de un tablero o de
una pared. Será en las memorias de los viajes de Monconys (1665) en las
que aparezca una representación de un mecanismo compuesto de una vejiga
que, presionada mediante una palanca, ejerza la presión y haga danzar a
los diablillos. Otras representación similares, una de las cuales
funciona con un pistón, mediante el cual se ejerce la presión, están
representadas en Sturm (1685). En los tres casos anteriores, los
mecanismos están ocultos en una caja, al igual que en los dibujos de
Büchner (1765). Desaguliers (1744) y Henner (1760) presentan otros
modelos diferentes, pero siempre con la intención de ocultar al
espectador la causa del baile del diablillo.
En Poujoulx (1805) y Jamieson (1837) una palanca situada en la parte
inferior presiona la membrana.
En Charton (1849) se representa una actividad habitual en el siglo XVII:
Personas que frecuentaban los mercados y plazas de los pueblos
demostrando determinados experimentos de física y, entre ellos, los
Diablillos.
En la lámina 56, postal anónima, un soldado austríaco se jacta delante
de otro ruso de cómo Napoleón obedece sus órdenes.
LÁMINAS DE LA EXPOSICIÓN CON ESTE TIPO DE
DIABLO CARTESIANO
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