CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA

 

El aire constituye uno de los elementos básicos de todo ser vivo. Diariamente nuestros pulmones filtran unos 15kg de aire atmosférico, mientras que sólo absorbemos 2,5kg de agua y menos de 1,5kg de alimentos.

 

Por ello, ya desde los tiempos más remotos, el hombre ha sido consciente del peligro que representaba una atmósfera contaminada como la creada, de modo natural, con ocasión volcánica, o por los efectos del polen, y como la provocada por él mismo, desde la invención del fuego, al hacer arder un bosque y al encender una antorcha para iluminarse en el interior de las cavernas donde vivía.

 

En tiempos históricos esta preocupación motivó ya varias disposiciones legislativas en diversos países, como en Francia, donde en 1382 Carlos VI prohibía en un edicto la emisión de gases malolientes, o en Inglaterra, en donde existía ya en el siglo XVII una disposición que prohibía encender fuegos durante las sesiones en el Parlamento de Westminster.

  Pero con el advenimiento de la era industrial el problema de la contaminación o de la polución atmosférica adquiere toda su magnitud, llagando en nuestros días a constituir un motivo de inquietud creciente en las zonas urbanas e industriales.

 

¿Qué se entiende por contaminación atmosférica?

El Consejo de Europa dio en 1967 la siguiente definición:

Hay polución del aire cuando la presencia de una sustancia extraña o la variación importante en la proporción de sus constituyentes, es susceptible de provocar efectos perjudiciales o de crear molestias, teniendo en cuenta el estado de los conocimientos científicos del momento.

Agentes contaminantes. Esas sustancias extrañas que provocan la contaminación atmosférica con los agentes contaminantes, gases y sólidos, Que se concentran en suspensión en la atmósfera y cuyas potenciales fuentes de origen son las siguientes:

a)      Procesos industriales, que a pesar de diversos aspectos de la polución atmosférica. Sus agentes son las industrias y los servicios.

b) Combustiones   domésticas  e   industriales, principalmente los combustibles sólidos (carbón) que producen humos, polvo y óxido de azufre.

c)      Vehículos de motor, cuya densidad en las regiones muy urbanizadas determina una elevada contaminación atmosférica (óxido de carbono, plomo, óxido de nitrógeno, partículas sólidas.) En Estados Unidos son los responsables de cerca de un 60% del peso total de los contaminantes emitidos a la atmósfera, y en París de un 47% de la contaminación atmosférica.

La importancia de cada una de estas fuentes contaminantes está en función de la concentración, con una intensidad superior a la normal, de los agentes contaminantes o polucionantes emitidos, y de las condiciones meteorológicas locales.

Existen clasificadas más de un centenar de sustancias contaminantes de la atmósfera. Las más importantes  son el dióxido de azufre, el dióxido de carbono o gas carbónico, el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno, los hodrocarburos gaseosos liberados tras una combustión de los hidrocarburos líquidos, el plomo, los fluoruros, etc.

 

El dióxido de azufre es uno de los contaminantes más habituales y representativos del aire de nuestras ciudades. Procede de la combustión de carbones o de aceites minerales utilizados en la producción de energía, en la industria y en la calefacción doméstica, y que pueden llegar a contener azufre en una proporción de 5%.

 

Al ser quemados dichos combustibles, el azufre es liberado a la atmósfera en forma de dióxido de azufre o gas sulfuroso, SO2. El principal peligro que presenta el dióxido de azufre son las reacciones químicas que bajo ciertas condiciones (humedad ambiente) transforman el dióxido en trióxido, SO3, dando lugar al nacimiento de  aerosoles de ácido sulfúrico, H2SO4 .  Estos aerosoles son sumamente peligrosos, originando el fenómeno conocido con el nombre de smog (término proveniente del inglés: smoke, humo, y fog, niebla).

 

Son tristemente célebres los smog del Valle del Mosa (Bélgica) en 1930 y especialmente el de Londres en 1952. Del 5 al 8 de diciembre de 1952, los polucionantes sulfurados alcanzaron en la gran urbe londinense cifras elevadísimas, de hasta 10 veces por encima del contenido normal; se calcula en más de 4.000 las defunciones atribuídas en dicha ocasión al smog.

 

El monóxido de carbono, junto a los hidrocarburos y óxidos de nitrógeno, constituyen tres de los contaminantes más frecuentes, cuyas fuentes principales provienen de los gases de escape de los automóviles.

 

Las concentraciones de dichas sustancias varían considerablemente según las condiciones de utilización del vehículo. Según el régimen en que funciona el motor se han obtenido,  tras ensayos realizados en varios países, los siguientes valores (en partes por millón):

Componente Vehículo parado Veloc. Cte. Aceleración Deceleración
Monóxido de carbono 464.000 24.000 24.000 45.000
Hidrocarburos 1.400 620 810 5.700
Óxidos de nitrógeno 0 1.400 1.700 0

 

Automóviles en circulación. Parque de vehículos automóviles (en miles de vehículos)

*

 

1948

1955

1960

1963

1965

1966

España Turismos

83

132

281

514

785,5

1.519,4

  Utilitarios

60

102

149

245

-

-

 * Algunos datos si los comparamos con los actuales son insignificantes. Sólo en el año 1999 se vendieron más de un millón de automóviles.

 

            Y no hay que olvidar la magnitud del parque automovilístico. De estos tres agentes contaminantes, monóxido de carbono, hidrocarburos y óxidos de nitrógeno, este último es el que posee una toxicidad más elevada. Sin embargo, las concentraciones de óxidos de carbono observadas en las grandes ciudades no son muy elevadas (menos de 1mg/m3). Además de los óxidos de nitrógeno existen otros compuestos que actúan de agentes contaminantes. Entre ellos cabe citar los nitratos de peracilo, descritos por primera vez en la atmósfera de Los Ángeles.

 

 Se formen mediante unas complejas reacciones fotoquímicas que conducen a los óxidos de nitrógeno y olefinas a concentraciones elevadas, bajo los efectos de una fuerte iluminación. Dichas sustancias son irritantes y causan daños a la vegetación.

 

 

 

Los datos proporcionados en esta página pertenecen a una edición de 1973. Se muestran como simple información.